Texto y Fotos: Rolando Pujol

Comienza diciembre y los habaneros de a pie emprenden la empinada cuesta del último mes del año, con incertidumbres y esperanzas. El año 2018 ha sido difícil para los habitantes de la capital cubana, que deben competir cada día con más de 2 millones y medios de conciudadanos, para llevar el sustento a la mesa.  Los que viven «a pie», son aquellos que trabajan con dignidad y sólo pueden comprar los productos subvencionados de la «libreta», también los que tienen uno o varios ancianos a sus expensas y tratan de no perder la cordura, el padre de familia con una prole que alimentar y un salario mínimo, la madre soltera y sola, el anciano jubilado que vende periódicos cuando ya debiera descansar, aquellos olvidados de los hijos que partieron hace tiempo hacia otros mundos, los angustiados por la enfermedad y los medicamentos en falta, el músico ambulante al que nadie presta atención, el que vende lo que nadie compra, los que son despreciados por su apariencia modesta, los que esperan por una señal de dios que no llega, el alcohólico que encontró refugio en el peor consuelo, los menesterosos que deambulan olvidados, los muchos que llevan años viviendo donde caben unos pocos; los que se besan en cualquier calle, porque después de todo, quedan la esperanza y el amor; es a todos ellos y sobre todo a aquellos que luchan porque el futuro sea mejor en la capital de todos los cubanos, a quienes dedicamos este foto reportaje y les deseamos desde Havana Gardens, una mejor vida y un mejor año en el 2019.