Texto y fotos: Rolando Pujol.

 

En 1512, el conquistador español Diego Velásquez, emprendió la colonización de la isla de Cuba, promoviendo la fundación de los siete primeros asentamientos urbanos, algunos de ellos aprovechando la existencia de aldeas aborígenes en los lugares elegidos como enclaves  de las villas hispánicas.

La Villa de la Asunción de Baracoa fue la primera, que solemnemente quedó fundada, en el sitio donde Cristóbal Colón, tocó tierra por segunda vez en Cuba durante su viaje inicial de descubrimiento de las tierras del Nuevo Mundo. A Baracoa le siguieron otros caseríos pastoriles, Bayamo, Santiago, donde se fijó la primera capital, Trinidad, Sancti Spíritus y Puerto Príncipe, hoy Camagüey. En 1514 se fundó el primer asentamiento de La Habana, que terminaría definitivamente ubicada junto al Puerto de Carenas en 1519, con el nombre de Villa de San Cristóbal de La Habana.

Con el paso del tiempo las primigenias villas españolas, ganaron la condición de ciudades y hoy se enaltecen con su historia y tradiciones; como anfitrionas de las numerosas personas llegadas desde cualquier parte del mundo, para recorrer sus calles y plazas y disfrutar la hospitalidad de sus habitantes.

 

BARACOA

Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, nombre cristiano que recibió la aldea aborigen, génesis del primer pueblo español en tierra cubana; tomó para sí la virtud de ser acunada por la mar, protegida por las montañas y acariciada por los ríos. La naturaleza le hizo fiel compañía durante siglos, cuando su único acceso era por el Caribe y los viajes se hacían difíciles. Así quedó como detenida en el tiempo, sólo pretendida por piratas, aventureros y buscadores de fortuna, que al final terminaban por dejarla.

Baracoa es una ciudad amable, donde se destaca su bello malecón que la protege de los embates del Caribe y sus calles rectas y pulcras que nos conducen en dirección de la bahía, que contrasta con su espejo de mar, con las alturas del Yunque, que acpara el paisaje de la región desde el horizonte.

 

BAYAMO

Bayamo es una hermosa urbe que conserva con veneración los monumentos y lugares que enaltecen su historia. En la antigua plaza de la iglesia, ahora Plaza del Himno, se yergue la hermosa estampa de la Parroquial Mayor, elevada al rango de Catedral desde 1995. Su Capilla de los Dolores, erigida en 1740, fue el único lugar que se salvó del incendio de 1868.

 

El centro histórico  de Bayazo, incluye también la Plaza de la Revolución, la casa natal de Carlos Manuel de Céspedes, iniciador de la guerra de independencia; edificios públicos y casas de vivienda, algunas de estas reedificadas en el propio siglo XIX, por lo que conservan los trazos de la arquitectura colonial. Otros lugares de interés en la ciudad, son la entrada del primer cementerio al aire libre que se construyó en Cuba en 1798, el Retablo de los Héroes, que rinde homenaje a todos los patriotas de la independencia y el Parque Museo Ñico López, antiguo cuartel de Bayamo, que fuera asaltado el 26 de julio de 1953, junto con el Moncada de Santiago.  Esta ciudad es célebre por sus coches de caballo, descendientes del quitrín empleado en tiempos de la colonia.

 

SANTIAGO DE CUBA

La ciudad de Santiago de Cuba, se encuentra por la ribera este de la bahía de igual nombre. En 1515, nació como la última de las siete primeras villas, sobre la atalaya natural que forman las elevaciones ribereñas. Su urbanización se extendió por entre el lomerío, a lo largo de cinco siglos, en que la ciudad fue destruida y vuelta a construir varias veces tras el ataque de los piratas y las sacudidas de los sismos. Durante la primera mitad del siglo XVI, Santiago fue la capital del país y residencia oficial de sus gobernadores españoles hasta 1553, cuando La Habana ocupó su lugar.

Asentada sobre montañas la ciudad tiene una apariencia única que la distingue de las demás con  sus calles escalonadas que forman espontáneos anfiteatros. De ello nos da fe Padre Pico,  con sus coloridas casas apareadas a su alta escalinata, que asciende hacia la Loma del Intendente, teatro de historias de amor y de guerra. La calle Enramada, es la más concurrida desde la época en que era camino de procesiones.

La Santa Basílica Metropolitana Iglesia Catedral, es la protagonista del Centro Histórico de la ciudad con sus elevadas torres paralelas y su hermosa fachada neoclásica.

 

TRINIDAD

Por la costa meridional de la provincia, a unos 60 Km de Sancti Spíritus, se encuentra la Villa de Trinidad, la ciudad colonial mejor conservada de Cuba. Historia y tradición caracterizan a esta ciudad que se conserva prácticamente intacta desde hace cuatro siglos y medio, por lo que fue declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.

La explotación azucarera del Valle de San Luis, favoreció el esplendor económico y cultural de Trinidad hasta la segunda mitad del siglo XIX. La mayoría de las casas de Trinidad tienen en común las amplias fachadas, sin portales y con altos ventanales, protegidos por un elegante enverjado, los elementos más distintivo de cada vivienda y del llamado: “estilo arquitectónico trinitario”. Por dentro las casas son amplias, centralizadas por un patio o jardín interior. Las mansiones de la sacarocracia son magnificentes por sus dimensiones y varias de ellas poseen dos plantas.

 

SANCTI  SPIRITUS

Sancti Spíritus fue fundada originalmente a orillas del río Tuinicú, a 8 Km de su actual emplazamiento; pero una plaga de hormigas, “carniceras”, obligó a reedificarla en las márgenes del Río Yayabo.

El centro original de la villa fue la plaza de la Parroquial Mayor, desde donde se distribuyeron espontáneamente las viviendas y las calles hacia el río, con el trazado irregular que caracteriza al Centro Histórico. Las edificaciones fueron sintetizando elementos constructivos europeos y árabes, adaptados al gusto y las necesidades que dictaban la vida y el clima tórrido de Cuba. La Parroquial tuvo dos versiones más antiguas de madera, emprendiéndose en 1680, la construcción con piedras de cantería, del templo actual.

El Puente Yayabo es el elemento que le da el sello de identidad a Sancti Spíritus. Se comenzó a construir entre 1817 y 1825, semejante a un puente medieval, con cinco arcadas y una sólida estructura de cal, arena y ladrillos. A lo largo de casi dos siglos ha desafiado las crecidas del río, particularmente intensas durante los huracanes, quedando como el único puente de su tipo que todavía existe en Cuba.

 

CAMAGÜEY

De entre todas las capitales cubanas, Camagüey es la más colonial, por el trazado de sus calles, laberínticas unas y sinuosas otras, que provocan gran desconcierto al visitante a primera vista, hasta que comprende que todas se subordinan a las plazas y plazuelas, que forman su Centro Histórico.

La Plaza y el Hospital de San Juan de Dios, forman el más sobresaliente conjunto arquitectónico dieciochesco de Camagüey, que ha llegado hasta nosotros prácticamente sin alteraciones. La plaza se formó para favorecer con aire y sol al hospital y la iglesia erigidos en 1728. El edificio tiene dos niveles y una gran influencia mudéjar en el diseño espacial, muy notable en su patio interior de largos corredores y galerías con arcos y columnas que cierran el perímetro sobre el jardín.

En Camagüey, la construcción de sus 14 iglesias siguió el ritmo del progreso ciudadano, tanto más espléndidas cuanto más próspera era la ciudad. De mucho interés son la Parroquial Mayor, las iglesias de Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora de la Merced, la de Santa Ana, la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús y las parroquias de la Soledad y la Caridad, levantadas entre los siglos XVIII y XIX. Reunidas casi todas en un perímetro citadino relativamente pequeño, no hay que caminar mucho para visitarlas.

 

REMEDIOS

En esta ciudad del centro del país, con un marcado aire colonial y sólidas tradiciones culturales donde se mezclan los componentes étnicos de la región; aborigen, español y africano, es una de las urbes más hermosas e interesantes de Cuba, que se estima fue fundada en 1513, durante la conquista y colonización de la isla por los españoles.

Tiene un trazado urbano, típico de las ciudades ibéricas en el Nuevo Mundo, con una gran plaza como centro, rodeada por los edificios públicos más importantes para el ejercicio del gobierno, palacetes de las familias pudientes y los templos religiosos, que en el caso de Remedios, posee dos iglesias erigidas a muy poca distancia una de otra, la Parroquial Mayor y la de la Virgen del Buen Viaje, caso único en Cuba.

Según la leyenda popular, se debe a que la virgen emigraba por las noches de manera inexplicable, del templo de piedra y mampostería que habían construido en su honor, hacia una modesta capilla de madera, a donde había sido expuesta originalmente por las personas más humildes, tras su hallazgo en el mar, en el año 1600. La solución que encontraron los pobladores de la villa fue erigir dos templos.

Las Parranda de Remedios, que se celebran cada año en la noche del 24 al 25 de diciembre, es la más grandiosa y espectacular fiesta popular de fuegos artificiales que se realizan en Cuba. Desde las primeras horas de la noche hasta el amanecer son lanzados al aire miles de fuegos artificiales por los barrios del Carmen y San Salvador, que compiten también con elaboradas carrozas y los trabajos de Plaza, que durante la noche van asombrando a los asistentes con sus torres y artilugios de luces multicolores.

 

CIENFUEGOS

 A la ciudad de Cienfuegos, por su proverbial pulcritud y bello entorno citadino, se le conoce también con los títulos de “La Perla del Sur” y “La Linda Ciudad del Mar”. La bahía que la resguarda y que los indios llamaban Jagua, fue descubierta a principios del siglo XVI, durante el primer bojeo a la isla de Cuba.

Con la llegada de un grupo de colonos franceses dirigidos por el coronel Luis D’Clouet, se funda la villa de Fernandina de Jagua, el 22 de abril de 1819, construyendo un caserío, que al cumplir su primera década, sería rebautizado con el nombre de Cienfuegos.

En la única ciudad cubana fundada por los franceses, la ilustración, aportada por la cultura gala marcó la idiosincrasia de los cienfuegueros e influyó en la arquitectura y estética de la urbe, toda ella edificada dentro de los cánones del riguroso ordenamiento neoclásico. Sus calles amplias, rectas y bien trazadas, son flanqueadas por edificios de agradable hechura y ornamentación. El parque José Martí, donde estuvo la antigua Plaza de Armas y el árbol bajo el cual se fundó la ciudad; es el Centro Histórico de Cienfuegos.

 

CIUDAD DE LA HABANA

Según la tradición, al celebrarse la primera misa y reunión del Cabildo, el 16 de noviembre de 1519, la fundación de San Cristóbal de La Habana, quedó legal y materialmente por sentada. Cuarenta años más tarde, la villa sería convertida en la capital de la Isla de Cuba y su puerto en la escala obligatoria de todos los buques llegados al Nuevo Mundo.

Durante los cuatro siglos posteriores la ciudad de La Habana, tuvo un accidentado derrotero que la obligó a resistir el asedio de codiciosos enemigos y a sobrevivir las veleidades y penurias de sus habitantes. Su lucha mayor en la última centuria, ha sido contra los estragos del tiempo.

El Malecón, largo muro que detiene las olas del septentrión y da abrigo a enamorados y besos; une en un solo rostro las tres personalidades con que se presenta la Habana de comienzos del tercer milenio. La primera es la de la añeja y portuaria Habana Vieja, rodeada de fortalezas, bendecida por sus templos y tapizada de adoquines. La segunda es Centro Habana, animada por decenas de autos añosos, que se resisten a desaparecer como los dinosaurios y sobregirada de eclécticos afeites. Y la Habana Moderna, encopetada con los estilizados edificios y aristocráticos hoteles de mediados del siglo XX y el trazado de largos y luminosos paseos que se proyectan hacia el oeste, donde ahora la ciudad se despereza del letargo constructivo, preparando su salto hacia el futuro.